¿Son los alumnos más grandes un signo de inteligencia?

Según lo que se describe en un artículo de la web Scientific American, un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia ha encontrado un vínculo inesperado entre el tamaño de la pupila y diversas medidas relacionadas con la capacidad cognitiva, por lo tanto también con la inteligencia.
Los tres investigadores que dirigieron el equipo, Jason S. Tsukahara, Alexander P. Burgoyne y Randall W. Engle hicieron este descubrimiento sensacional al analizar las diferencias en los niveles de esfuerzo mental durante las pruebas de memoria realizadas por varios participantes.

Para llevar a cabo el estudio, se reclutó a más de 500 participantes de entre 18 y 35 años del área de Atlanta, Estados Unidos. Para la prueba, se utilizó un seguidor ocular para capturar el reflejo de la luz proyectada en las pupilas de los participantes, que fueron registrados por una cámara y luego recogidos por una computadora. Entre los datos capturados por el dispositivo también se encontraba el tamaño medio de la pupila. Los participantes recibieron diversas pruebas cognitivas para medir la inteligencia, las habilidades de razonamiento y resolución de problemas, la memoria de trabajo y la capacidad de recordar información, y la capacidad de atención.Los tres investigadores utilizaron una técnica desarrollada por el psicólogo Daniel Kahneman ya en los años 60, relativamente popular y que pretendía precisamente análisis de los retrasos de los alumnos como indicador de esfuerzo mental.

Los investigadores confirmaron, también a través del experimento que realizaron, que un mayor tamaño de la pupila se puede relacionar con una mayor inteligencia fluida, un mayor control de la atención y, aunque en menor medida, una mayor capacidad de memoria de trabajo. Esta fascinante conexión entre el cerebro del ojo ha asombrado a los mismos investigadores que han comenzado a especular.

De hecho, el tamaño de la pupila está relacionado con la actividad en el locus coeruleus; un área ubicada en el área superior del tronco encefálico. Los tres investigadores comenzaron a analizar el área en cuestión para buscar el vínculo y dar explicaciones. El locus coeruleus produce norepinefrina, un neurotransmisor en la base de algunos procesos que incluyen la atención, la percepción, la memoria y el aprendizaje.

Según los investigadores, la hipótesis es que una pupila más grande corresponde a una mejor regulación de la actividad de esta importante zona del cerebro, lo que en consecuencia mejora el rendimiento cognitivo y las funciones cerebrales en general. Sin embargo, es importante enfatizar nuevamente que se trata de una hipótesis: se necesitarán estudios más profundos y adicionales para comprender el vínculo entre una mayor inteligencia y un mayor control de la atención y tamaño de la pupila.

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